
Todas estamos obsesionadas por las lineas y redondeces de nuestro cuerpo, yo parezco salida del cuadro de las tres Gracias. En el gimnasio prometen convertirnos en mujeres diez con cuerpos duros y músculos elásticos. Y yo acepto cualquier ejercicio, pero eso si, que conjugue movimiento, salud y armonía. Eso de machacarte en el gimnasio ya pasó a la historia, desde que sufrí un esguince en la rodilla jugando al fútbol con mis antiguos alumnos, huyo de las 200 abdominales, del press con mancuerna y de la repetición en serie de ejercicios que solo sirven para desarrollar la musculatura. Desde entonces decidí que ya era hora de buscar otro tipo de gimnasia mas minoritaria pero a la vez vital y sobre todo que aumenta la sensación de paz y de bienestar general. El yoga es una disciplina en la que confluyen numerosos aspectos de la sabiduría oriental. Respiración y movimiento como medio para alcanzar la salud física y mental.El yoga es flesibilidad, la flexibilidad es vida, la rigidez es la muerte, como lo demuestra un cadáver. Si tenéis oportunidad de apuntaros a algún curso de yoga, no lo dudéis, sus ejercicios son muy beneficiosos para diversos problemas de índole psicológico y físico pero sobre todo potencia las defensas naturales y previene contra esos venenos de la mente, como el odio, la ansiedad o angustia que tanto nos perjudican. Y ya veréis como al miraros ante el espejo, creeréis que estáis en el museo del Prado , mirando el cuadro de las tres Gracias , que una vez pinto Rubens y no los kilitos de más.